Actualizado: 17 jul 2018

Agua de vida
fluyes libre y delicada,
por los ríos y las montañas.
Profunda inmensidad
en tus mares y océanos,
nos permite viajar hacia lo más hondo y oscuro de nuestro comienzo.
Agua que renuevas,
con tus lluvias purificas...
cada uno de nuestros pensamientos,
permitiendo liberar dolor y sufrimiento.
Agua brava
abres paso y no te rindes
a pesar de las circunstancias.
Agua que sanas
sales de nuestros ojos
como lágrimas sagradas.
Quietud y movimiento,
versátil en cada momento.
Somos agua,
somos emoción,
somos movimiento,
somos comprensión...
Agua bendita
purifica mi alma
y renueva mi interior.
Rebeca Barros Álvarez