El estanque de las libélulas
En aquel lugar moraban seres, alados, era reino de hadas y seres mágicos...
Un estanque de aguas marronosas envuelto por grandes rocas, en el que habitaban libélulas que te mostraban sus bellos colores a través de sus rápidos movimientos.

Tenías que permanecer muy atent@ y con los sentidos muy despiertos para poder ver en sus colores tu propio reflejo, ese que te mostraba tu propia luz interior.
De esa forma podías emanar esa luz y compartirla con l@s demás, para que también ellos pudieran reconocer en su interior esa luz multicolor y así compartirla con otros.
Ellas eran seres alegres y mágicos que querían que todos tuviéramos esas capacidades y así poder elevar la vibración del planeta, con alegría e ilusión, conectando con otros reinos que deseaban comunicarse con todos nosotros.
Si en algún momento tenías la suerte de que alguna de esas libélulas te eligiera para posarse en tu mano, además recibías un don, único y exclusivo para ti...

Con mucha delicadeza frotaban sus patas con sus ojos en los que ellas podían ver cual era el don que necesitabas, unos segundos después, suavemente llegaba a ti, a través de un susurro con la brisa del atardecer.
Si alguna vez te encuentras con alguna de ellas permanece atent@, quizá te entrega ese don que tanto anhelas...
Susurros de libélula
Rebeca Barros